Los animales actúan como acumuladores de todo lo que van recibiendo a lo largo de su vida. Por ello, si el animal ha vivido en un entorno poco sano y con su comida ha recibido pesticidas, herbicidas, hormonas, antibióticos, …. cuando nos lo comemos estamos reciben nosotros también todos estos productos. Por el contrario, si ha recibido una alimentación sana y equilibrada nos aportará unos niveles altos de nutrientes en nuestra dieta.

Los animales acumulan principalmente en las vísceras (especialmente el hígado) y la grasa. Por ello, si el animal ha sido criado con una dieta poco sana todo esto se habrá acumulado en su hígado y grasas, y éstas serán las partes menos recomendables de comida. En cambio, si el animal ha recibido alimentos sanos y ricos en minerales y vitaminas, su hígado y sus grasas son las partes que nos aportan un valor nutricional más alto.

Para que el animal pueda acumular nutrientes de calidad debe poder acceder a ellos y durante el tiempo suficiente para acumularlos. Esto lo conseguiremos con animales que hayan crecido al aire libre, en contacto con el sol y con acceso a un pasto fresco de calidad. Además, el animal debe tener un crecimiento lento que le dé el tiempo suficiente para acumularlos.

En Planeses criamos animales de pastoreo. Los animales, a partir de las 5 semanas, se crían en un prado. Los animales obtienen una parte importante de su dieta del prado (hierbas e insectos). Esta alimentación se completa con el aporte de diferentes granos de origen ecológico y local. Nuestros animales crecen lentamente hasta los 4-5 meses cuando llegan al peso adecuado.

Los animales son la herramienta principal para tener un pasto de calidad. Si los pollos pastorean en patios fijos al poco tiempo se habrán comido toda la hierba y lo que tendremos es un descampado. Para mantener un prado de calidad los animales han de moverse de manera continuada. En Planeses movemos nuestros animales a una zona nueva de prado cada 1-3 días. Los animales no vuelven a la misma zona de prado hasta después de 60 días.

La mayoría de los pollos ecológicos que encontrará en el mercado se crían en patios fijos y los animales no pueden disponer de un pasto nuevo de calidad a diario. La alimentación de estos animales se basa exclusivamente en piensos ecológicos formulados en base a la soja, que dan un crecimiento bastante rápido. Normalmente los animales se sacrifican alrededor de los 3 meses. Aunque es un pollo que no acumula tóxicos, en estas condiciones de alimentación y crecimiento semi-rápido el animal tampoco tiene la oportunidad de acumular los minerales, las vitaminas y los aceites esenciales que obtiene cuando pastorea durante un tiempo largo en un prado.